Cada vez más Netflix toma protagonismo, ya no solamente en el mundo de las series televisivas y películas de cine fuera de carteleras, sino también en la procucción de largometrajes propios, y más específicamente en películas de reconocida calidad cinematográfica. Roma fue quizás la primera y más reconocible en este grupo, la cual fue -para poder meterla en festivales de cine de primer nivel- proyectada en salas de cine por dos o tres semanas antes de ser lanzada en Netflix.
La semana pasada tuvimos otro ejemplo (menos exitoso pero con pergaminos equivalentes) con The Laudromat, dirigida por Steven Soderbergh, incluyendo a Meryl Streep, Gary Oldman y Antonio Banderas en los papeles protagónicos. El 27 de noviembre se estrenará en Netflix la sonada película de Scorsese con De Niro y Al Pacino, The Irishman. Y si bien tener la opción de verlas en casa es sin duda atrayente, lo preocupante es que terminen no proyectándose en salas de cine locales, como ocurrió con The Laundromat o, como parece que ocurrirá, la de Scorsese. Preocupante al menos para aquellos que encontramos una diferencia significativa frente a los formatos caseros, y más aún con los móviles.
|